PEGAJOSA
Ando yo muy pegajosa últimamente.
Es una desagradable sensación que me hace sufrir y sentirme mal.
La reconozco con facilidad… Es el APEGO.
Tendré que tomar «cartas en el asunto» (no se me olvide buscar en san Google de donde viene la frase… jjj).
Ya nos hablo de ello el sabio Patanjali, como una de las 5 causas de la aflicción humana.
Hoy tomo, de las 5, a ésta por los cuernos, y otro día os hablo de las otras 4, que todas se las traen.
Si para no reencarnarme en hormiga tengo que superar del todo, del todo, del todo, al maldito apego, lo tengo claro.
Quizá sea esta una de mis peores y más arduas batallas.
Y es que sigo esperando demasiado de todo…
De la gente, de la vida, de mi y como muy bien me dijo una de mis nuevas «blogamigas» (nueva palabrita… jjj) el truco está precisamente en no esperar nada de nadie.
No tener expectativas.
Dejarte sorprender.
Hacer, sin querer recibir a cambio, sin esperar las vueltas.
Pero si la teoría me la sé tan bien, por qué narices sigo cayendo una y otra y otra y otra y otra vez en la maldita ratonera.
Quizá debería entrenarme en esto de ir soltando lastre.
Resumiendo hay tres grandes tipos de apego: a las cosas, a las personas y a las ideas.
Un juego.
Voy a imaginar que ocurriría…
¿Podría desprenderme sin pestañear de «algo», alguna cosa que de verdad me importe, que sea fundamental y necesaria para mí?
Pensemos… El abanico es amplio y conviene simplificar.
Por ejemplo… Regalar mi mejor abrigo, mi joya más preciada, una buena suma de dinero sin esperar que me la devuelvan, prestar mi casa, mi coche, mi cama, mi nevera… Y fíjate que ya digo «prestar».
Ufff!!!!
Vamos con el siguiente.
¿Podría renunciar a mis creencias más íntimas y arraigadas para comprender mejor las del vecino?
¿Podría hacerme independentista, nudista, vegana, del barsa, asceta, ermitaña, fundamentalista, mormona, seguidora del Che, maoísta o cualquier otro «ista» alejado de mi cultura y de mí?
Uffff!!!!
Vamos con el último.
Para mí, este es el realmente duro, ya que los dos desapegos anteriores los voy practicando, de vez en cuando y he de decir que son tremendamente liberadores.
Pero, ¿dónde se aprende a desapegarte de la gente a la que quieres?
Yo practicar, practicar, he practicado mucho.
Mi madre, mi padre, mi hija… se quedaron por el camino.
Pero hay más formas de desapego personal.
¿Podría prescindir de mis amigos, de mis alumnos, de mi familia?
¿Cómo llevaría el hecho de que mi marido me dejara?
Las pérdidas, son las pérdidas y uno nunca esta preparado para asumirlas con elegancia, con talante, con generosidad, con tolerancia, con ecuanimidad, con comprensión, con @mor.
El que ande libre de pecado que tire la primera piedrecita.
Yo todavía estoy trabajando el tema de dejar de sentirme «pegajosa»… Mi gran tarea.
No sé si lo lograré en esta vida.
Lo que tengo claro es que si lo consigo… Seré LIBRE.
Lo que tengo claro es que las creencias, las cosas y las personas no nos pertenecen.
Comparten camino con nosotros durante un tiempo y luego parten.
Podemos disfrutarlas, quererlas, cuidarlas pero nunca poseerlas, atesorarlas, encerrarlas.
Vienen y se van.
Permanecen un tiempo precioso con nosotros para luego seguir su camino y volar libres.
¿Por qué nos cuesta tanto comprenderlo?
El cáncer, también en esto, ha sido mi gran maestro.
He tenido que bajarme en esta parada de autobús y en ella me tengo que quedar hasta que pase el siguiente, con el «alta» del doctor.
Entre tanto veo pasar los autocares llenos de gente y de vida y les saludo con la manita, sentada en la marquesina, como la reina de Inglaterra, con sombrero y bolso… jjj.
He ido soltando, soltando, soltando…
He dicho adiós, a mi salud, a mi energía, a mi pelo, a mi bronceado veraniego, a mi piel hidratada, a mis sabores y olores, a mis alumnos, a algunos amigos, a mis salidas de cañas, a mis posturas invertidas de yoga, a mis rutinas deliciosamente aburridas, a mis paseos de paso marcial, a mi tránsito intestinal, a mis ganas de hacer, de cantar, de saltar…
Todo eso volverá… O no…
Pero, sentada en mi marquesina de autobús, lo veo todo pasar con cierto desapego y me siento menos pegajosa, más libre, mas ligera y secretamente feliz.
Es lo que tiene mi “C”…
LA PRÁCTICA
Hoy voy a elegir un apego y le voy a dar una vuelta.
Elige tu el tuyo si quieres y prueba a desprenderte un poco.
Cuesta pero libera.
NAMASTE
El despego de las cosas, a mis años 70 ,lo veo relativamente fácil, cada vez se necesita menos,
Las creencias, las ideas etc…un poco más de dificultad y eso que con los años vas relativizando mas, humildemente creo que aquí el desapego , tiene más de respeto, de empatía, porque este conjunto de valores es tu propia esencia, o parte de ella. Yo no te pediría que te desapegaras de nada a estos niveles, no serias la persona maravillosa que eres.
El desapego de la gente que realmente quieres que son parte de ti, que los quieres hasta con las tripas, para mí imposible y he dado muchas vueltas al tema ,a raíz de la muerte de mi hermana hace dos años y sigo apegadisima. Al poco tiempo de suceder me encontré con una yogui muy elevada y se lo comenté y me dijo hay que trabajar el desapego,no le di un bofeton en la calle porque no es mi estilo, pero le tuve manía ,ya sé me ha pasado . Aunque sea un mosquito en otra vida seguiré apegada a mi gente y sueño con verlos algún día , porque sentirlos los siento. Vaya rollo Cris que te he metido.Me ha encantado el blog de hoy por que es un tema que le doy muchas vueltas. Creo que si llegáramos al desapego total seríamos realmente libres.
Un abrazo enorme ????
Me encanta que nos sirva para reflexionar juntas. Siempre me enriquece.es maravilloso. Compartir , sumar, dudar, preguntar escuchar … Es un pequeño tesoro esto que tenemos????????
Pues a mí en la vida también me ha tocado desapegarme de unas cuantas cosas y personas, pero porque me ha venido impuesto. La clave está en practicar pudiendo elegir, que eso es ya mas difícil. Por ejemplo, vaciando armarios de tantas cosas que no necesitamos.Esa es una de mis asignaturas pendientes. En cuanto, a las personas yo, justo ahora, estoy en plena práctica. Como te dije, estoy en Francia, pero me he venido totalmente sola y aun es pronto para valorar, pero se me está haciendo cuesta arriba. Quería hacer un viaje en solitario,pero de momento, no me he atrevido a ir más lejos del país vecino, además tengo el aliciente de que me apasiona el francés, pero vamos que hoy que ha sido mi primer día, lo he practicado mas bien poco, he pasado el día bien cerradita en mí misma. Me hace falta gente, mi gente, pero necesitaba probarme y saber que puedo estar yo sola que, por otra parte, me sirve para valorar más a los que parece que siempre están ahí que de tanto verlos ni veo, como un cuadro del salón, sin darme cuenta de que cuando no están, mi vida cojea.
Un abrazo, Cristina!
Que buena y valiente experiencia de desapego personal May ? tendré que probarla. Lo del armario ropero lo práctico más y es gratificante dejar espacios a lo nuevo???
Cristina yo no suelo comentar nada,pero quería transmitirte que sirven y mucho tus comentarios, estás ayudando mucho con tus reflexiones compartidas.
GRACIAS
Gracias a ti pilar ?? sólo con eso ya es muchísimo más de lo que hubiera soñado ? espero seguir haciéndolo y contribuyendo con mi granito de arena a que esta enfermedad sea.mas conocida y comprendida . Para mi saber que sirve es razón suficiente ???
Hola Cristina, yo tampoco suelo escribir, pero te leo todos los días, y claro que sirven tus reflexiones, y mucho, me consta que haces mucho bien. Un abrazo muy grande y MUCHAS GRACIAS
Gracias Carmen con vuestras cariñosas palabras no me queda más remedio que seguir ????
Hola Cristina,
Te leo con interés. Además a pesar de todo, creo que ayudarán mucho los pensamientos que expones…..
Hay duelos, que efectivamente tenemis que pasarlos. Eso no implica que el dolor sea intenso.
Un gran abrazo
Un gran abrazo blanca y gracias por escribir me das gasolina???
Hola Cris!
Qué gran tarea el desapego!!!! Para toda una vida. No cabe la menor duda que influye el carácter de uno. A mí me cuesta la misma vida. Sufro mucho con la separación. Te diré que hasta me despido de mi cepillo de dientes viejo cuando lo tiro, o cuando regalo ropa y le doy las gracias por el tiempo que me han servido. Hace poco entregamos mi viejo coche: un Polo de hace más de 17 años. Fui con mis tres hijos a entregarlo para el desguace y le dimos las gracias y hasta le rezamos una oración. Lo sé, no debo ser nada libre, pero han formado parte de mi vida, y cuanto más las personas que me rodean; todas me han influido y todas me han hecho crecer.
En fin, que como verás yo sí que ando «pegajosa» por la vida. No me importa desprenderme, despedirme, marcharme y reiniciarme… pero siempre dejo un rinconcito en mi corazón para todo, lleno de agradecimiento! Un besote queridísima!
Que grande y que buena eres Berta querida, que divertido lo de tu coche. Me chifla. Es genial. Deberias tener tu propio blog. Nos debe venir de família jajaja. Besos princesa.???? y sigue escribiendome ???
yo creo que lo mejor (desapegarse del todo) es enemigo de lo bueno (intentarlo, a veces queremos sólo lo mejor y prescindimos de lo bueno que nos parece poco o nada.
De acuerdo totalmente… lo mejor eclipsa lo bueno… gran error